¿Cómo andamos de Autoestima?

La autoestima viene explícita por cómo nos vemos y nos sentimos con nosotros mismos. Cada uno tenemos una idea de cómo somos, cómo nos vemos y cómo nos sentimos y así nos relacionamos con nuestro entorno.
La autoestima no es voluntaria, ni espontánea, ni natural. Proviene de las experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de nuestra vida.
Una baja autoestima se caracteriza por una forma inadecuada de pensar y de sentir hacia nosotros mismos y a la vez, por un grado excesivo de exigencia sobre cómo nos gustaría ser o lo que queremos lograr. Cuando tenemos baja autoestima generalizamos hechos aislados como si fueran “una constante en nuestra vida”, el pensamiento de “he fracasado una vez” se convierte en “siempre fracasaré y soy un fracasado en cualquier cosa que hago”. Utilizamos términos negativos para describirnos, como gordo, bajo, vergonzoso, etc. Nos sentimos culpables. Llevamos actos al extremo “o todo o nada”, “estás conmigo o contra mí”, “bien o mal”, no hay término medio. Se tiende a pensar que todo o todos van contra mi “si hace mala cara es porque yo le he hecho algo”. Nos creemos responsables de todo y de todos. O quizás creemos que no controlamos nada, y nos sentimos víctimas, desamparados y rechazados. Nos imaginamos lo que piensan los demás, suponemos que no gustamos por lo que decimos o hacemos, nuestro razonamiento se convierte “si lo siento así, es que es así”, en términos absolutos. Nos sentimos aislados, sin amigos, creemos que este sentimiento refleja nuestra realidad total, incapaces de contrastar con otros momentos donde sí teníamos amistades y nos sentíamos bien… todo esto hace que nos metamos en una espiral de la que es complicado salir si no ponemos todo de nuestra parte.
Hay formas de controlar nuestra mente para mejorar nuestra autoestima: cambiando nuestro diálogo interno de negativo a positivo, siendo conscientes de que también hemos tenido éxitos y logros en nuestra vida, no comparándonos, confiando en nuestro potencial y sobretodo esforzándonos en mejorar aquello de lo que no estamos satisfechos. Marcarnos pequeñas metas y pequeños objetivos a corto plazo. es un buen inicio para aumentar nuestra autoestima.
Hay veces que uno se siente incapaz de salir de este bucle porque no tiene herramientas hasta este momento o porque estos pensamientos negativos le acompañan desde hace mucho tiempo. En estos casos una Terapia Grupal es muy aconsejable para sentir que no se está solo y para aprender habilidades que enseñen a creer en uno mismo.